Rivas es una ciudad diversa, abierta de mente y con un gran camino recorrido en cuanto a derechos humanos. Soy una persona perteneciente al colectivo que ha crecido sin apenas referentes. Hay gente en Rivas de todas las edades que forman parte del colectivo pero que tal vez no encuentren un espacio seguro para poder expresarse. Ha habido quejas de adoctrinamiento y hay un odio desmedido hacia las personas trans que en Rivas no debería haber. Si tuviéramos un centro en el que desarrollar actividades, dar charlas de concientización y ofrecer un espacio para que les ripenses pudieran sentirse bien en su identidad y su orientación sexual y sin riesgo a ser discriminades, Rivas podría ser un lugar más perfecto aún